Capitulo 1: Nuevo Comienzo.
Hola. Mi nombre es Sky Heller. 17 años cumplidos en abril. Ahora mismo te he estrenado. Me encuentro en un avión de Nueva Jersey a Paris, Francia. Lugar donde mi papá abrira una sede de sus exitosas empresas importadoras y exportadoras. Claro que lo haciamos porque eso nos daba mas "clase", o al menos asi decia mi mamá.
Yo no queria venir. Pero que se le va a hacer. Lo que obtuve fue a ti, una laptop nueva, un cuarto gigante (o asi me habian dicho que seria) y por supuesto, la ventanilla en el avión.
El cielo lila claro, combinado con azul suave me daba el indicio del anochecer. Era una vista hermosa, tan inspiradora. Mi mamá descansa en el asiento de enmedio, y mi padre lee una revista de negocios con una lamparita como la mia.
Se escucha el cambiar de las paginas, el dormitar y el rasguñar de la tinta morada con el papel. Gracias al cielo te tenia, y gracias al cielo tenia un reproductor de música. Pero no lo usaba porque yo acostumbraba escucharla al volumen maximo. Y ahora mismo entregaban almohadas a los pasajeros cansados. Y papá me habia pedido no hacerlo.
Escribiendo en ti lo que pasa a mi alrededor, me siento como Madison Etchart, la protagonista de "nunca olvides que te quiero", un libro hermoso que recien acababa de devorar, y tenia en mi bolso de viaje. Un emocionante viaje a la libertad y el amor. Realmente me inspiro hasta tal punto de comprarte. Un hermoso cuaderno de pastas duras con tapaduras de metal, hojas gruesas manila blancas y con un candado irrompible. Ademas de un hermoso boligrafo de tinta purpura, con un rasguñar fino y delicado. Mi padre habia aceptado solo para evitar mis constantes quejas de los meses recientes. Habia aceptado cada una de mis exigencias. Era una lista larga y costosa de niña caprichosa. No digo que yo lo soy, pero queria ver hasta donde llegaria para convencerme de hacerlo. Te dire punto por punto lo que era. Ademas de detallarlo para que veas que tanto puede hacer mi padre para convencer. O para lograr algo que de verdad queria. Espero puedas recuperarte. O al menos que tengas tiempo...
1. A ti: Le platique la historia de Madison y lo mucho que podia significar tener algo asi, pero le dije que no fuera un cuaderno cualquiera. Que costara de verdad, como las joyas de la corona, y tambien el boligrafo de plata si era posible. Acepto, pero te juro que casi le da un infarto cuando te mostre a el, vio el precio y trago saliva, saco la chequera y pago a regañadientes.
2. Una laptop nueva: Y mucho mas costosa y moderna. Nervios, cheque y aceptar dificilmente.
3. Un cuarto perfecto: Con muebles nuevos, caros y no tendria nada repetido. Osea, no cosas que yo ya haya tenido.
4. Un guardarropa nuevo: ¡Dios! El realmente se desmayo.
5. Una tarjeta de credito: Casi lo niega, pero hubo un poco de persuacion de mi parte.
6. La ventanilla: Algo facil, barato y nada raro.
Ya se. Parezco una niña caprichosa. Pero no queria irme, y era esto o amenazar con suicidarme, eso jamas. Quedo descartado desde que me llego a la mente. Yo no era asi. Nisiquiera con esas condiciones era yo. Lo unico que atesorare seras tu. No mas.
Suspiro con pesadez y me doy cuenta de cuan cansada estoy. Tanto que apenas puedo escribir con claridad. Me pondre los audifonos a un volumen razonable y dormire, esperando mudarme a un continente distinto no suponga algo malo para mi.
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Yo no queria venir. Pero que se le va a hacer. Lo que obtuve fue a ti, una laptop nueva, un cuarto gigante (o asi me habian dicho que seria) y por supuesto, la ventanilla en el avión.
El cielo lila claro, combinado con azul suave me daba el indicio del anochecer. Era una vista hermosa, tan inspiradora. Mi mamá descansa en el asiento de enmedio, y mi padre lee una revista de negocios con una lamparita como la mia.
Se escucha el cambiar de las paginas, el dormitar y el rasguñar de la tinta morada con el papel. Gracias al cielo te tenia, y gracias al cielo tenia un reproductor de música. Pero no lo usaba porque yo acostumbraba escucharla al volumen maximo. Y ahora mismo entregaban almohadas a los pasajeros cansados. Y papá me habia pedido no hacerlo.
Escribiendo en ti lo que pasa a mi alrededor, me siento como Madison Etchart, la protagonista de "nunca olvides que te quiero", un libro hermoso que recien acababa de devorar, y tenia en mi bolso de viaje. Un emocionante viaje a la libertad y el amor. Realmente me inspiro hasta tal punto de comprarte. Un hermoso cuaderno de pastas duras con tapaduras de metal, hojas gruesas manila blancas y con un candado irrompible. Ademas de un hermoso boligrafo de tinta purpura, con un rasguñar fino y delicado. Mi padre habia aceptado solo para evitar mis constantes quejas de los meses recientes. Habia aceptado cada una de mis exigencias. Era una lista larga y costosa de niña caprichosa. No digo que yo lo soy, pero queria ver hasta donde llegaria para convencerme de hacerlo. Te dire punto por punto lo que era. Ademas de detallarlo para que veas que tanto puede hacer mi padre para convencer. O para lograr algo que de verdad queria. Espero puedas recuperarte. O al menos que tengas tiempo...
1. A ti: Le platique la historia de Madison y lo mucho que podia significar tener algo asi, pero le dije que no fuera un cuaderno cualquiera. Que costara de verdad, como las joyas de la corona, y tambien el boligrafo de plata si era posible. Acepto, pero te juro que casi le da un infarto cuando te mostre a el, vio el precio y trago saliva, saco la chequera y pago a regañadientes.
2. Una laptop nueva: Y mucho mas costosa y moderna. Nervios, cheque y aceptar dificilmente.
3. Un cuarto perfecto: Con muebles nuevos, caros y no tendria nada repetido. Osea, no cosas que yo ya haya tenido.
4. Un guardarropa nuevo: ¡Dios! El realmente se desmayo.
5. Una tarjeta de credito: Casi lo niega, pero hubo un poco de persuacion de mi parte.
6. La ventanilla: Algo facil, barato y nada raro.
Ya se. Parezco una niña caprichosa. Pero no queria irme, y era esto o amenazar con suicidarme, eso jamas. Quedo descartado desde que me llego a la mente. Yo no era asi. Nisiquiera con esas condiciones era yo. Lo unico que atesorare seras tu. No mas.
Suspiro con pesadez y me doy cuenta de cuan cansada estoy. Tanto que apenas puedo escribir con claridad. Me pondre los audifonos a un volumen razonable y dormire, esperando mudarme a un continente distinto no suponga algo malo para mi.
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Despierto cansada, realmente exahusta de todo. La primera clase no es tan comoda como la pintan, pero para mi ventaja soy joven, y no me desperte con un dolor de espalda insoportable como mis padres. Que comenzaron a crujir a primera hora.
Realmente me gusta expresarte todo lo que siento. Pero aun asi no me siento bien. La mano comenzo a darme calambres. Quiza podria escribir en computadora y despues imprimir y pegar... NO, eso es una tonteria, sino para que te querria. ¿Como album de recortes? No, no. Tu debes ser usado memorablemente, con estrellas en tus "ies", la tinta morada sin correr, hojas cuidadas y solo agujeradas por las letras. Tambien tu llave en un collar, para que nadie jamas sepa que pienso, ni ahora ni nunca. Porque yo no soy Madison Etchart. Yo no publicare un libro contigo. Ni dejare que alguien (nisiquiera Stanislas Uhalde) te lea. Dame un mintuto, la azafata avisa por el altavoz que estamos a punto de llegar al destino. El aeropuerto de Paris, lugar donde se llevara a cabo un nuevo comienzo. *. He vuelto. Mi padre pidio a un guia experimentado que llegara en una hora. Recorrimos los andenes y estamos en un restaurante cinco estrellas de el dichoso aeropuerto. Hay musica clasica, langosta y meseros con bigotes graciosos por doquier. Mi padre me ha pedido muchas veces que te deje, pero me niego rotundamente. ¿La razón? QUIERO QUE LO SEPAS TODO. Y quiero tener minuto a minuto lo que pase desde mi ida de Nueva Jersey. Al menos asi sabre (en unos años) como me sentia en estos momentos. Te dejo otra vez, mi platillo y mi jugo de naranja acaban de llegar, espero al menos sepa bien la comida. *. Listo. Mi papá me regaño otra vez, esta vez por quejarme de su pan con mantequilla (el del restaurante) ya que un mesero llamado Phillip me escucho. Mi padre me llamo "descortes", "desconsiderada" y "mal educada". Yo queria decirle que el nisiquiera me habia educado, que no podia decir nada. Pero me calle porque te miraba de forma amenazadora. Sabiendo lo mucho que te quiero y lo poco que soportaria no tenerte. El final de la discusion fue "Disculpeme" y una propina de 20 dolares. No quiero recrear ese momento... HORRIBLE, y ahi me di cuenta como planea tratarme. Ya recibi muchos regaños por hoy. Necesito un respiro, y tambien conocer mi nueva ciudad, por lo que, me he decidido a contarlo todo en presente, como una novela. Esperando ser buena en mi intento...
Realmente me gusta expresarte todo lo que siento. Pero aun asi no me siento bien. La mano comenzo a darme calambres. Quiza podria escribir en computadora y despues imprimir y pegar... NO, eso es una tonteria, sino para que te querria. ¿Como album de recortes? No, no. Tu debes ser usado memorablemente, con estrellas en tus "ies", la tinta morada sin correr, hojas cuidadas y solo agujeradas por las letras. Tambien tu llave en un collar, para que nadie jamas sepa que pienso, ni ahora ni nunca. Porque yo no soy Madison Etchart. Yo no publicare un libro contigo. Ni dejare que alguien (nisiquiera Stanislas Uhalde) te lea. Dame un mintuto, la azafata avisa por el altavoz que estamos a punto de llegar al destino. El aeropuerto de Paris, lugar donde se llevara a cabo un nuevo comienzo. *. He vuelto. Mi padre pidio a un guia experimentado que llegara en una hora. Recorrimos los andenes y estamos en un restaurante cinco estrellas de el dichoso aeropuerto. Hay musica clasica, langosta y meseros con bigotes graciosos por doquier. Mi padre me ha pedido muchas veces que te deje, pero me niego rotundamente. ¿La razón? QUIERO QUE LO SEPAS TODO. Y quiero tener minuto a minuto lo que pase desde mi ida de Nueva Jersey. Al menos asi sabre (en unos años) como me sentia en estos momentos. Te dejo otra vez, mi platillo y mi jugo de naranja acaban de llegar, espero al menos sepa bien la comida. *. Listo. Mi papá me regaño otra vez, esta vez por quejarme de su pan con mantequilla (el del restaurante) ya que un mesero llamado Phillip me escucho. Mi padre me llamo "descortes", "desconsiderada" y "mal educada". Yo queria decirle que el nisiquiera me habia educado, que no podia decir nada. Pero me calle porque te miraba de forma amenazadora. Sabiendo lo mucho que te quiero y lo poco que soportaria no tenerte. El final de la discusion fue "Disculpeme" y una propina de 20 dolares. No quiero recrear ese momento... HORRIBLE, y ahi me di cuenta como planea tratarme. Ya recibi muchos regaños por hoy. Necesito un respiro, y tambien conocer mi nueva ciudad, por lo que, me he decidido a contarlo todo en presente, como una novela. Esperando ser buena en mi intento...
El guia llego al lugar acordado, con un elegante retraso de 20 minutos, tiempo en el que los regaños hacia mi no paraban ni porque hubiera gente alrededor. Me sentia sofocada. No soportaba tanto reproche.
-Señores Heller -saludo el guia con un apreton de manos- me llamo Jerry Welch.
-Mucho gusto. Raoul Heller -saludo mi papá- ella es mi esposa, Lucy Heller. Y ella mi hija, Sky.
Sonrei y asenti. Murmurando un "mucho gusto" con los labios fruncidos.
El nos señalo un camion turistico gigantesco, unos policias nos ayudaron con los montones de maletas y nos subimos para por fin empezar con el recorrido. El guia comenzo a explicar la historia de Paris, todo lo importante y cosas historicas que estresaban. Me termine quedando dormida en mi asiento, tras ver la famosa torre y un poco del paisaje. Mis padres me despertaron y me regañaron otra vez. Otra vez repitiendo sus palabras despectivas. Yo simplemente con un poco de musica, los ignore.
Llegamos a nuestro nuevo "hogar", una mansión enorme, de estilo antiguo moderno. De piso marmolineo blanco. Barandales color madera suave. Ventanales limpios y pulcros. Una enorme extensión y multiples balcones. Perfecta.
Abri la puerta con emocion. Adentro era mil veces mejor que afuera. Corri escaleras arriba. El segundo piso tenia dos habitaciones gigantescas, pero ninguna me gustaba, tambien tenia cuarto de juegos, estudio, spa y la sala de television. Trate de decidirme en la habitación, pero eran iguales. No habia mucho que hacer. Mi madre subio y me vio ahi, con el entusiasmo abajo.
-¿No te gustan? -inquirio acariciando mi mejilla.
-Pues... no. La verdad, no.
-Hay un ático. Si es que te interesa. Es gigantesco, de piso de madera y ventanales. Tiene dos cuartos aparte de separacion, pero podemos hacerlo baño y closet si asi estas mas feliz.
Sonrei y le pregunte donde estaba. Me señalo una compuerta en el techo, jale el cordon y asi se abrieron las escaleras. Subi con emocion instantanea y vi que era el espacio perfecto para mi. Revise los cuartos y eran lo suficientemente grandes para armario y baño. Decidido. Mi lugar. Solo mio.
Visualice los muebles, los posters, los collages... era justo como siempre lo habia querido. Y un atico, un lugar lejos en el que no importara el que diran. Ahi seria yo. Sin importar nada ni nadie mas. Un lugar donde seria feliz a plenitud. El real "Hogar, dulce hogar" de Sky en su nuevo "hogar". En su nueva ciudad...
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-Señores Heller -saludo el guia con un apreton de manos- me llamo Jerry Welch.
-Mucho gusto. Raoul Heller -saludo mi papá- ella es mi esposa, Lucy Heller. Y ella mi hija, Sky.
Sonrei y asenti. Murmurando un "mucho gusto" con los labios fruncidos.
El nos señalo un camion turistico gigantesco, unos policias nos ayudaron con los montones de maletas y nos subimos para por fin empezar con el recorrido. El guia comenzo a explicar la historia de Paris, todo lo importante y cosas historicas que estresaban. Me termine quedando dormida en mi asiento, tras ver la famosa torre y un poco del paisaje. Mis padres me despertaron y me regañaron otra vez. Otra vez repitiendo sus palabras despectivas. Yo simplemente con un poco de musica, los ignore.
Llegamos a nuestro nuevo "hogar", una mansión enorme, de estilo antiguo moderno. De piso marmolineo blanco. Barandales color madera suave. Ventanales limpios y pulcros. Una enorme extensión y multiples balcones. Perfecta.
Abri la puerta con emocion. Adentro era mil veces mejor que afuera. Corri escaleras arriba. El segundo piso tenia dos habitaciones gigantescas, pero ninguna me gustaba, tambien tenia cuarto de juegos, estudio, spa y la sala de television. Trate de decidirme en la habitación, pero eran iguales. No habia mucho que hacer. Mi madre subio y me vio ahi, con el entusiasmo abajo.
-¿No te gustan? -inquirio acariciando mi mejilla.
-Pues... no. La verdad, no.
-Hay un ático. Si es que te interesa. Es gigantesco, de piso de madera y ventanales. Tiene dos cuartos aparte de separacion, pero podemos hacerlo baño y closet si asi estas mas feliz.
Sonrei y le pregunte donde estaba. Me señalo una compuerta en el techo, jale el cordon y asi se abrieron las escaleras. Subi con emocion instantanea y vi que era el espacio perfecto para mi. Revise los cuartos y eran lo suficientemente grandes para armario y baño. Decidido. Mi lugar. Solo mio.
Visualice los muebles, los posters, los collages... era justo como siempre lo habia querido. Y un atico, un lugar lejos en el que no importara el que diran. Ahi seria yo. Sin importar nada ni nadie mas. Un lugar donde seria feliz a plenitud. El real "Hogar, dulce hogar" de Sky en su nuevo "hogar". En su nueva ciudad...
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-Seamos realistas Sky -me decia Joey por el telefono, aquella tarde que acababa de decorar, y podia darme el lujo de hacer llamadas de larga distancia con mi "mejor amiga"- estas en Paris, Francia y no estas feliz... ¿Que te sucede?
-Extraño todo. Puede que sea rica, este en una hermosa ciudad y tenga todo lo que siempre quise, pero extraño Nueva Jersey y todo lo que tenia ahi.
-¡Por favor! ¿Que rayos te pasa? Si quieres oir la verdad, Sky. Te la dire. ¡Aqui nadie te extraña!
Mi voz salio temblorosa y asustada de lo fuertes que fueron sus palabras.
-¿Que?
-Me oiste. Ni Debbie te extraña -una amiga a la que queria mucho...- ni Nathan -mi novio- ¡nisiquiera yo te extraño! Asi que ni pienses en volver.
Sono el pitido de que el otro lado habia colgado y yo me quede con la boca abierta.
Yo pense que podia contar con su apoyo para volver a casa si queria. Pero por sus palabras note que lo unico por lo que sonreia cuando estaba conmigo, por lo que salia conmigo, por lo que me llamaba por telefono, era porque yo era rica. Y ella solo tenia interes en los regalos costosos, los viajes en limosina, la casa inmensa donde podia pasar semanas como si fuera un reina. Todo lo habia hecho por mi dinero. Asi que nadie me queria ahi. Nadie.
Me sente en mi cama y me tumbe con la mejilla en la almohada, tratando de sostener las lagrimas y no pensar nada mas acerca de lo que paso.
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-Extraño todo. Puede que sea rica, este en una hermosa ciudad y tenga todo lo que siempre quise, pero extraño Nueva Jersey y todo lo que tenia ahi.
-¡Por favor! ¿Que rayos te pasa? Si quieres oir la verdad, Sky. Te la dire. ¡Aqui nadie te extraña!
Mi voz salio temblorosa y asustada de lo fuertes que fueron sus palabras.
-¿Que?
-Me oiste. Ni Debbie te extraña -una amiga a la que queria mucho...- ni Nathan -mi novio- ¡nisiquiera yo te extraño! Asi que ni pienses en volver.
Sono el pitido de que el otro lado habia colgado y yo me quede con la boca abierta.
Yo pense que podia contar con su apoyo para volver a casa si queria. Pero por sus palabras note que lo unico por lo que sonreia cuando estaba conmigo, por lo que salia conmigo, por lo que me llamaba por telefono, era porque yo era rica. Y ella solo tenia interes en los regalos costosos, los viajes en limosina, la casa inmensa donde podia pasar semanas como si fuera un reina. Todo lo habia hecho por mi dinero. Asi que nadie me queria ahi. Nadie.
Me sente en mi cama y me tumbe con la mejilla en la almohada, tratando de sostener las lagrimas y no pensar nada mas acerca de lo que paso.
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El dia en que el Instituto Mixto Jullian High me abriria sus puertas. El curso ya llevaba un mes adelantado. Y yo no sabia como seria ahi. Ahi todos serian ricos y con padres poderosos, por lo que, si hacia amigos, eran reales, y si hacia enemigos. Tambien.
La limosina me dejo en la entrada principal, y al bajarme con el uniforme bien almidonado, y la bolsa bien colgada a mi hombro, note como habia un fila de carros deportivos, limosinas mas pequeñas o mas grandes que la mia. Muchachos con cara de adinerados (creanme, realmente se les notaba) y muchachas con bolsos Channel en vez de una simple mochila escolar. Me adentre en la escuela y todos me miraron por un instante. Para despues darse la vuelta y seguir hablando con su circulo social.
Camine por los pasillos largos, limpios y de azulejos color azul turquesa. La escuela estaba brillante, era realmente bonita, y se notaba el dinero invertido. Los casilleros eran largos, individuales y grandes. Unas compañeras mias abrieron el suyo y vi que no habia muchos libros, sino, cambios de ropa, zapatos, perfumes, incluso un aparato de musica. Colores que les gustaran -rosa en este caso- espejos y parecia un club de "populares".
Fuese lo que fuese, la escuela era justo lo que ni Joey, ni Nathan, ni Debbie juntos podrian pagar para estudiar aqui. Yo habia estado en una publica porque asi lo habia querido. Sin saber que me habia equivocado. Habia encontrado puros interesados.
-Señorita Heller -me llamo una voz severa a mis espaldas. Yo habia estado inmersa en mis pensamientos y un poco de recuerdos- mucho gusto. Soy la subdirectora Chandler. La directora McCoy la espera en su oficina para darle unos avisos y una cordial bienvenida.
-Muchas gracias -sonrei como pude y la segui por el mar de estudiantes para dirigierme a la oficina de la directora.
Las oficinas tambien eran impecables. La de la directora si que habia sido llena de fondos.
Entre y la directora me miro desde su asiento, detras de el escritorio de caoba. Sonrio.
-Bienvenida. Señorita Heller -saludó.
Era una señora con el cabello gris. Aceptando con orgullo sus años. Traia un vestido guindo con un saco del mismo color. Un collar dorado de eslabones finos, con un dije en forma de rosa metalica. Traia su cabello recojido en un chongo completo, enroscado con broches y llevaba aretes pequeños y discretos. Tenia los ojos negros mas raros que habia visto en la vida, y un labial rojo que no desentonaba con su ropa.
-Mucho gusto, directora McCoy.
-Es para nosotros un honor tenerla en nuestra escuela. A pesar de el retraso de su inscripcion y llegada.
-Lo siento. Mis padres mandan sus disculpas. Es que mi padre apenas abrio su cede aqui, y no podiamos venir antes sin tener nada seguro. Pero tenga la seguridad de que no le fallare.
-Eso espero, señorita -me miro expectante- mi secretaria le dara su horario y sus libros. Tambine su casillero y le asignara a alguien que le muestre la escuela y la acompañe durante algunas de sus clases.
Asenti y sonrei lo mas que pude. Dije un debil "gracias" y me retire. La secretaria me esperaba junto con una chica de cabello castaño, con una coleta desbaratada. Los ojos verdes asustados y el uniforme con un mejor aspecto que ella misma. Era muy bonita.
-Señorita Heller, ella es Jessica Brown, la acompañara el dia de hoy para que se acople. Aqui tiene su horario -me dio una hoja- y sus libros ya se encuentran en su casillero. El 259. Bienvenida a Jullian High.
Asenti y la chica asustada se paro de el asiento de donde estaba. Me indico que la siguiera y asi lo hice. Me explico la historia de la escuela con muchos errores. Pero asi se lo habain indicado. Me dijo de su formacion y cosas asi, pero hubo un momento en el que simplemente le dije "No me importa eso" y se mantuvo callada el resto del camino.
-Lamento haberte dicho eso, asi. Jessica.
-No te preocupes. Asi me trata el mundo -sonrio de manera turbia- pero dime Jess.
-Pues no deberian. Dime Sky.
Me dio un apreton de manos.
-¿De quien eres hija Brown? ¿Un inversionista? ¿Quiza un politico?...
-Nada de eso. De un contador.
-¿Que?
-Obtuve una beca. Estudio aqui por eso.
-Ah. Vaya...
-¿Que pasa?
-Es que... no, nada, olvidalo.
-¿Y tu de quien eres hija?
-De un inversionista internacional. Vaya cuento ¿no?
-Pues ni tanto... -la mire incredula- bueno... un poco. Pero aqui hay politicos, empresarios, actores y demas. Hay de todo en Jullian.
-Supongo que no soy la mas poderosa.
-No. O bueno... no se. No le hablo a nadie aqui. Todos me toman por pobre y estupida. Prefiero mantenerme al margen.
Hice una mueca. Eso debia de ser horrible. Trate de cambiar de tema.
-¿Donde es Quimica? -pregunte viendo mi horario.
-En el salon 108 -me dijo, me acompaño y me dejo en la puerta.
Se despidio con un "Hasta pronto" y se dio la vuelta, la vi alejarse y vi como daba pasos inseguros en aquella escuela. Y tambien que un chica le ponia el pie. Vi como cayo y yo no hice nada, solo me quede ahi. Tratando de convencerme de hacer algo, pero Jess se levanto y se fue mas rapido, y desaparecio entre toda la gente.
Me voltee un poco arrepentida de no hacer nada, y senti un impacto en mi espalda. Cuando mire con quien habia topado, me tope con los ojso azules mas hermosos del mundo, era un chico de cabello marron rojizo, facciones fuertes pero hermosas, con el uniforme que se le veia mejor que a nadie mas.
-Perdoname -susurró con su voz varonil.
-Lo siento -me sonroje y tras una sonrisa pequeña de su parte, me sente en un lugar vacio.
El se sento 2 lugares mas atras en la siguiente fila.
Ahi fue donde lo vi por primera vez.
La limosina me dejo en la entrada principal, y al bajarme con el uniforme bien almidonado, y la bolsa bien colgada a mi hombro, note como habia un fila de carros deportivos, limosinas mas pequeñas o mas grandes que la mia. Muchachos con cara de adinerados (creanme, realmente se les notaba) y muchachas con bolsos Channel en vez de una simple mochila escolar. Me adentre en la escuela y todos me miraron por un instante. Para despues darse la vuelta y seguir hablando con su circulo social.
Camine por los pasillos largos, limpios y de azulejos color azul turquesa. La escuela estaba brillante, era realmente bonita, y se notaba el dinero invertido. Los casilleros eran largos, individuales y grandes. Unas compañeras mias abrieron el suyo y vi que no habia muchos libros, sino, cambios de ropa, zapatos, perfumes, incluso un aparato de musica. Colores que les gustaran -rosa en este caso- espejos y parecia un club de "populares".
Fuese lo que fuese, la escuela era justo lo que ni Joey, ni Nathan, ni Debbie juntos podrian pagar para estudiar aqui. Yo habia estado en una publica porque asi lo habia querido. Sin saber que me habia equivocado. Habia encontrado puros interesados.
-Señorita Heller -me llamo una voz severa a mis espaldas. Yo habia estado inmersa en mis pensamientos y un poco de recuerdos- mucho gusto. Soy la subdirectora Chandler. La directora McCoy la espera en su oficina para darle unos avisos y una cordial bienvenida.
-Muchas gracias -sonrei como pude y la segui por el mar de estudiantes para dirigierme a la oficina de la directora.
Las oficinas tambien eran impecables. La de la directora si que habia sido llena de fondos.
Entre y la directora me miro desde su asiento, detras de el escritorio de caoba. Sonrio.
-Bienvenida. Señorita Heller -saludó.
Era una señora con el cabello gris. Aceptando con orgullo sus años. Traia un vestido guindo con un saco del mismo color. Un collar dorado de eslabones finos, con un dije en forma de rosa metalica. Traia su cabello recojido en un chongo completo, enroscado con broches y llevaba aretes pequeños y discretos. Tenia los ojos negros mas raros que habia visto en la vida, y un labial rojo que no desentonaba con su ropa.
-Mucho gusto, directora McCoy.
-Es para nosotros un honor tenerla en nuestra escuela. A pesar de el retraso de su inscripcion y llegada.
-Lo siento. Mis padres mandan sus disculpas. Es que mi padre apenas abrio su cede aqui, y no podiamos venir antes sin tener nada seguro. Pero tenga la seguridad de que no le fallare.
-Eso espero, señorita -me miro expectante- mi secretaria le dara su horario y sus libros. Tambine su casillero y le asignara a alguien que le muestre la escuela y la acompañe durante algunas de sus clases.
Asenti y sonrei lo mas que pude. Dije un debil "gracias" y me retire. La secretaria me esperaba junto con una chica de cabello castaño, con una coleta desbaratada. Los ojos verdes asustados y el uniforme con un mejor aspecto que ella misma. Era muy bonita.
-Señorita Heller, ella es Jessica Brown, la acompañara el dia de hoy para que se acople. Aqui tiene su horario -me dio una hoja- y sus libros ya se encuentran en su casillero. El 259. Bienvenida a Jullian High.
Asenti y la chica asustada se paro de el asiento de donde estaba. Me indico que la siguiera y asi lo hice. Me explico la historia de la escuela con muchos errores. Pero asi se lo habain indicado. Me dijo de su formacion y cosas asi, pero hubo un momento en el que simplemente le dije "No me importa eso" y se mantuvo callada el resto del camino.
-Lamento haberte dicho eso, asi. Jessica.
-No te preocupes. Asi me trata el mundo -sonrio de manera turbia- pero dime Jess.
-Pues no deberian. Dime Sky.
Me dio un apreton de manos.
-¿De quien eres hija Brown? ¿Un inversionista? ¿Quiza un politico?...
-Nada de eso. De un contador.
-¿Que?
-Obtuve una beca. Estudio aqui por eso.
-Ah. Vaya...
-¿Que pasa?
-Es que... no, nada, olvidalo.
-¿Y tu de quien eres hija?
-De un inversionista internacional. Vaya cuento ¿no?
-Pues ni tanto... -la mire incredula- bueno... un poco. Pero aqui hay politicos, empresarios, actores y demas. Hay de todo en Jullian.
-Supongo que no soy la mas poderosa.
-No. O bueno... no se. No le hablo a nadie aqui. Todos me toman por pobre y estupida. Prefiero mantenerme al margen.
Hice una mueca. Eso debia de ser horrible. Trate de cambiar de tema.
-¿Donde es Quimica? -pregunte viendo mi horario.
-En el salon 108 -me dijo, me acompaño y me dejo en la puerta.
Se despidio con un "Hasta pronto" y se dio la vuelta, la vi alejarse y vi como daba pasos inseguros en aquella escuela. Y tambien que un chica le ponia el pie. Vi como cayo y yo no hice nada, solo me quede ahi. Tratando de convencerme de hacer algo, pero Jess se levanto y se fue mas rapido, y desaparecio entre toda la gente.
Me voltee un poco arrepentida de no hacer nada, y senti un impacto en mi espalda. Cuando mire con quien habia topado, me tope con los ojso azules mas hermosos del mundo, era un chico de cabello marron rojizo, facciones fuertes pero hermosas, con el uniforme que se le veia mejor que a nadie mas.
-Perdoname -susurró con su voz varonil.
-Lo siento -me sonroje y tras una sonrisa pequeña de su parte, me sente en un lugar vacio.
El se sento 2 lugares mas atras en la siguiente fila.
Ahi fue donde lo vi por primera vez.
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